27 de enero de 2020
La separación y el divorcio son causa de un impacto emocional en los padres Y en los hijos. Implica cambios importantes de convivencia y forma de vida. La manera de llevarlo a cabo, de informar los hijos y la buena conducta de los adultos, puede ayudar los hijos a saber llevar la situación y ayudarlos a elaborar el cambio de vida. Un buen enfoque por parte de los padres puede evitar que aparezcan problemas psicológicos.
Está demostrado que la repercusión en los hijos depende principalmente de la manera de enfocarlo por parte de los padres, también de los abuelos y del resto del entorno familiar.
Consejos básicos:
Cuando informar los hijos?
Desde un principio, tan pronto como los padres hayan tomado la decisión y tengan claro el procedimiento que seguirán.
Antes de que sea un hecho legal y uno de los padres deje el hogar. Hacerlo durante un día en que se disponga de tiempo para dialogar tranquilamente, por ejemplo, el fin de semana.
Quién?
Ambos miembros de la pareja. Mejor si puede ser juntos.
Cómo?
- Tenemos que hablar de forma tranquila y clara, sin dramatizar.
- Se tiene que explicar la decisión de que a partir de ahora la vida familiar será diferente. Que los padres no serán una pareja que vive junta. Que a partir de ahora cada lo pare y la madre tendrán sus propias viviendas.
- Explicar, sin dramatizar, como será la nueva convivencia con cada uno de los padres.
- Explicar que como padre y como madre no cambiará nada, que ellos siguen estimándolos igual y
- que se verán con frecuencia, según la organización familiar.
- Insistir en qué ellos no son responsables, de ninguno de las maneras, de la decisión de los padres.
- Que es un tema de adultos.
- Permitir que planteen preguntas y respetar la reacción de cada hijo.
- Adaptar las palabras en la edad. Si hay hermanos de diferentes edades, hablar primero con los más grandes.
- Es importante comentarlo, incluso, con los más pequeños. En todas las edades los hijos necesitan palabras de los padres para entender el que está pasando a la familia.
- Explicar el motivo de la ruptura de forma simple. No es necesario, en un primer momento, dar detalles ni explicaciones. Con el tiempo y el crecimiento de los hijos, se irán explicando las circunstancias y siempre puede quedar una parte de la vida de los adultos que no se quiera comentar a los hijos.
- Los temas económicos y legales no interesan a los hijos. Suelen ser el motivo de conflictos y de enfrentamientos entre familias. Los hijos tienen que estar al margen y, sobre todo, no sentirse culpables.
- Se los hay de dar atención en todo momento, permitir que pregunten y se tienen que escuchar sus quejas.
- Los niños pequeños no entienden el que está sucediendo. Son especialmente vulnerables a las discusiones, a la tensión y a la violencia. No se tiene que discutir su delante, sobre todo, no implicarlos en las discusiones de los padres. Los niños pequeños no pueden tomar parte por uno o por el otro, ni entender más a uno que al otro. Son sus padres y para ellos, que estén separados, no cambia el vínculo afectivo.
- Los niños necesitan ambos miembros de la pareja, cada uno con sus calidades y sus dificultades, tal como son.
- No toleran que se hable mal de sus padres a pesar de que, a veces, ellos mismos critiquen o se contradigan.
- Siempre se tiene que mantener los hijos al margen de los conflictos peleas y discusiones.
Qué pasa después del divorcio?
- Asegurar que se cumplen los acuerdos del convenio. Se tiene que estar muy organizados para que los niños sepan donde tienen que estar cada día de la semana y durante las vacaciones.
- No ser rígidos. Siempre habrá una excepción, una fiesta o una circunstancia que puede provocar algún cambio.
- Cuando haya una nueva pareja, no precipitar la convivencia. Esperar un tiempo para crear una nueva familia. No forzar los hijos a aceptar y a querer, de entrada, a las nuevas parejas de los padres.
- Dar tiempo para permitir una elaboración tranquila de la situación antes de incluir una nueva pareja en la convivencia.
- Mantener la relación que se tenía con los abuelos como antes del divorcio, intentar no perder amigos, ni las actividades deportivas o de ocio.
- Mantener en ambas casas los hábitos adquiridos de sueño, alimentación y educación.
- Mostrar algunos aspectos positivos del divorcio. Más tranquilidad, menos foco de tensión, nuevas maneras de relación, nuevos vínculos afectivos.
Los padres…
- Se puede aprovechar la separación para intentar ser, si se tercia, mejores padres, y también para crecimiento personal.
- Cuidar la propia vida afectiva, devolver la seguridad y re-orientar las vinculaciones emocionales. Pedir apoyo y compañía a familiares y amigos.
- Consultar a un especialista en caso de duda o aparición de síntomas en los niños, como por ejemplo tristeza, alteraciones del sueño, cambios de humor repentinos, inquietud y dispersión, bajo rendimiento escolar, etc.